Para empezar, definiremos el término canon. El canon es la
vara de medir en el arte y en la cultura, el modelo a seguir y en definitiva, todo
aquello que la tradición sanciona como ejemplar y de calidad contrastada. A
continuación, aclararemos el concepto de clásico, se dice que algo es un clásico cuando se considera como modelo digno de
imitación en el arte o la literatura.
Tras mi investigación sobre el canon literario y la
lectura de artículos sobre el canon, muchos coinciden en la idea de que
Shakespeare es, sin duda, el centro del canon. No se podría hablar de canon
literario sin mencionar su nombre.
Las obras de
Shakespeare siguen siendo leídas años y años tras su publicación porque los
temas de las que tratan son atemporales. Venganza, amor, comedia son temas
sobre los que se siguen escribiendo en la actualidad, y aunque estén ambientadas
en la antigüedad, no te da la sensación de que están muy lejos de nuestro
tiempo.
Por una parte, está
bien que exista un canon literario como una manera de incluir las mejores obras
de cada tradición literaria. Pero, si estuviera en mis manos elegir su
existencia o no, preferiría que no lo hiciera, ya que no está claro quién es el
que decide qué obra está en cada canon y cuál sirve para representar a esa tradición.
Puede que mucha gente esté de acuerdo con los que estén incluidos pero quizás otra
gente sienta que esas obras no le hacen justicia a ese canon. Por lo tanto,
pienso que quizás lo mejor sería que no existiera, ya que no creo que haya
nadie con la autoridad suficiente como para que pueda decir qué es literario y
que no.
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