viernes, 23 de enero de 2015

Los tópicos

-¿Bueno y qué tal lo has pasado?
+ ¡Estupendamente! Pero debo decirte que venía con la idea de que iba a ser de otra manera, tenía una idea equivocada de cómo vivís y de cómo sois en realidad.
-Me alegro de que te lleves una buena impresión y que tu idea de nosotros haya cambiado a mejor.

Esto pasa cuando viajamos o nos visitan. Desmontar un tópico es fácil si conocemos personalmente el contexto donde se crea ese tópico.
La verdad que puede encerrar un tópico, se puede desmontar con el simple hecho de conocer de dónde  viene y por qué se crea ese tópico, cualquier situación que se generalice puede dar lugar a que haya personas que no se identifiquen con el tópico que se le asigna y crear un malestar propio de no reconocerse en él.
Los diferentes comportamientos de las personas según su lugar de nacimiento, de su educación y su cultura, son lo que nos diferencia en muchos aspectos. Compararnos con la intención de resaltar lo malo o lo bueno y crear un tópico, es un error que se viene cometiendo desde siempre. No quiere decir que los tópicos no hayan aparecido sin ningún motivo, por lo general, los que yo conozco, son de las diferencias que vemos en los comportamientos de las personas de distintos países.
El típico tópico de que los ingleses son orgullosos y muy correctos, los alemanes serios y distantes, los latinoamericanos muy melosos, los asiáticos supersticiosos, por poner varios ejemplos. Y si mencionamos los de España, no acabábamos, cada provincia tiene su tópico como el que nos toca a los Andaluces, eso de todo el día vagueando y de fiesta.

Creo que los que creen en ese tópico son los que vienen a Andalucía a cumplir con el tópico y se marchan con otro concepto que traían preconcebido, al igual que con los demás tópicos. En general, no creo en los tópicos porque como ya he dicho no se debe generalizar en ninguna circunstancia y menos donde se implica a países enteros englobándolos en un tópico.  

jueves, 15 de enero de 2015

La realidad

Tan distintos, tan iguales, tan humanos, pero todos tenemos una sola realidad. Igual podemos creer que el que vive siguiendo una educación, religión e incluso un concepto de vida distinto a los de los que no rodean, no tienen una realidad. Todo se basa en el presente de las cosas que nos acontecen, las que realmente vivimos, las que hacemos diariamente con los pies en el suelo. Todo los demás son expectativas, sueños o incluso fantasías que nos hacen que la realidad sea más llevadera para los que no aceptan sus problemas, su rutina, su vida como tal.
El ser humano huye por instinto de situaciones que no le son gratas, buscando otras alternativas. Aparecen como tales las religiones, las supersticiones, las fantasías, los sueños, todo lo que nos haga sentir que la realidad es más llevadera. Pero no tiene por qué ser negativo vivir en ella, aceptarla en el comienzo de una vida completa con sus problemas y con su solución, y si no la tiene, sólo queda aceptarlos, pero no sin luchar antes.
El crecer creyendo que lo que nos rodea es como es y no como nos lo puedan pintar, es la mejor formación para afrontar una vida con entereza.

Lo bueno será extraordinario y lo malo será llevadero. Realidad mezclada con ilusión, tesón, esfuerzo y todo lo que queramos añadirle a una vida que nos da cada día una situación que superar, pero siempre con optimismo incluso en las situaciones adversas que todos sin excepción, viviremos.